viernes. 29.03.2024
Tras cinco años de pruebas, el tinajero Kike Hernández prevé sacar a la venta y comercializar este producto a partir de febrero

Los champiñones ecológicos de Tinajo, otro motivo para creer en el sector primario conejero

Los 200 kilos de producción diaria de este arriesgado pero agradecido cultivo suponen cuatro puestos de trabajo en una nave de 200 metros cuadrados. Este agricultor, dedicado en los últimos años al aluminio, asume con satisfacción el reto de la producción de champiñones libres de residuos químicos

Los champiñones ecológicos de Tinajo se han convertido en las últimas semanas en otro motivo para creer en el complejo futuro del campo y del sector primario de Lanzarote. Aunque Kike Hernández lleva cinco años dedicándose a las habituales pruebas y ensayos que este tipo de cultivo requiere, parece dispuesto a dar el paso para que la idea se convierta en negocio. "Es muy arriesgado, pero agradecido", relata el impulsor de la iniciativa, que desde hace algunos meses ha encontrado el punto exacto para obtener un delicioso producto del que ya habla todo su pueblo.

No es de extrañar teniendo en cuenta el sabor y el aspecto de estos champiñones, libres de cualquier tipo de residuo químico, sin pesticidas ni productos blanqueantes. Tampoco lo es teniendo en cuenta, como expone, que prácticamente todo su pueblo pudo disfrutar de esta exquisitez en navidades, con los casi 3.000 kilos que pudo recoger entre los pasados 31 de diciembre y 1 de enero.

Esta aventura, o como a él le encanta decir, este reto, lo inició este tinajero de pro casi por pura casualidad. Recuerda que hace años comenzó con un amigo que padecía una enfermedad a cultivar papas y otros productos típicos de la Isla. Cuando su compañero regresó a la Península, Kike empezó a interesarse por los champiñones, merced también a la influencia de su esposa, natural de Albacete, en La Mancha. Es de esta provincia, de La Rioja y también de Cuenca de donde este emprendedor importa el compost para su producción. "Casi sin darme cuenta me fui metiendo en este mundillo, y después de bastantes costes y decepciones, parece que por fin la producción arranca", expone este agricultor.

Ahora, tras estos cinco años de pruebas y después de haberse dedicado durante los últimos 14 años al sector del aluminio en Tinajo, Kike Hernández prevé sacar a la venta y comercializar este exclusivo producto de Lanzarote a partir de febrero, previsiblemente "a través de algunas fruterías de la Isla que estén interesadas" . Relata que para obtener los 200 kilos de producción diaria ha generado cuatro puestos de trabajo en una nave de 200 metros cuadrados. Eso sí, tiene claro que su idea en esta actividad es mantenerla como un negocio familiar, al menos por el momento. De hecho, reconoce que de momento la cantidad de champiñones que logra producir apenas podría cubrir el consumo interno en la Isla.

Este agricultor está convencido de que lo peor de esta actividad es el riesgo de que la producción pueda infectarse, con lo que "todo habría que botarlo". Eso y los altos gastos de mantenimiento del frío para un producto que, lógicamente, requiere de mucha humedad en su desarrollo. Mientras los precios estimados del mercado del frío oscilan entre los 100.000 y los 63.000 euros para una nave de producción de sus medidas, Kike asegura que ha encontrado un método perfecto para el mantenimiento que le supone, por el contrario, un coste de solo unos 5.000 euros mensuales.

Tras haber invertido mucho tiempo y mucho dinero en este reto, según admite, ahora admira con satisfacción y pasión lo que ha conseguido. Hasta ahora se ha dedicado a regalar cajas y cajas de champiñones por toda Lanzarote y ha colaborado con ONG como Calor y Café y dice que también lo hará con Cáritas.

El cultivo de los champiñones en Lanzarote resulta realmente novedoso. Sí hay experiencias similares y anteriores en la isla vecina de Fuerteventura, pero en tierras conejeras solo han destacado en el sector la conocida como doña Juana y Vicente Hidalgo, que preside una asociación de amantes de las setas en la Isla.

Emprendeduría y agradecimientos

Este vecino tinajero apuesta por redimir al sector primario de la Isla de la eterna política de subvenciones. Considera que las administraciones públicas deberían aportar algún tipo de ayuda o de asesoramiento en el inicio de la andadura de cualquier negocio, pero cree que "es hora de que la gente en Lanzarote, una isla que tiene de todo y que ofrece tantas posibilidades, se reinvente y afronte nuevos retos pero de forma autosuficiente".

De hecho, puede decirse que ese fue su caso, ya que aunque no comulgue con ciertas directrices políticas de determinadas instituciones, Kike Hernández muestra su agradecimiento al consejero de Agricultura del Cabildo, Francisco Fabelo, y al propio alcalde de Tinajo, Suso Machín.

"Desde que expuse el proyecto hace unos dos años, Fabelo puso la Granja experimental del Cabildo a mi entera disposición y nos ha ayudado mucho con el asesoramiento. El alcalde también ha sabido estar a la altura", sostiene.

Ahora que esta afición comienza a convertirse en un proyecto empresarial ilusionante, tal y como él lo define, Kike Hernández asegura estar dispuesto a asesorar también a otros emprendedores que, como él, asuman retos arriesgados como éste. Su idea, asegura, es dedicarse a nuevos y variados cultivos próximamente, siempre respetando la diversidad del campo conejero y abogando por una agricultura ecológica que, afirma, tampoco tiene por qué suponer un encarecimiento brutal para el bolsillo del consumidor final".

Los champiñones ecológicos de Tinajo, otro motivo para creer en el sector primario...
Comentarios