Hay planes y planes, y también planeamientos que enloquecen a quienes siguen y persiguen beneficios incalculables queriendo retocar, maquillar o lo que sea esos planeamientos que le puedan propiciar pingües beneficios. Usted al plan de turno, ligue o similares le da un retoque y lo que era feo ayer puede ser atractivo e incitarle al manoseo, porque lo “feo” de la noche a la mañana es sugestivo. Ocurre que don “Mamelul” está empeñado en una doble operación estética, que no ética, para salvar sus papeles y alimentar sus vicios. No les extrañe que el muchachito de turno, de acuerdo con determinadas y rimbombantes damiselas, intente la adaptación de determinadas normas para que variando alguna que otra rayita (no de coca precisamente) inflarse los bolsillos y de paso gozarla camastro en ristre hasta la extenuación. Cuidadín con la pareja que aún siendo desperdicios humanos no tienen, valgan la repetición, desperdicio alguno. Avisamos de la proximidad de algunos desencuentros que se pueden producir entre gentes de buena voluntad, ingenuos ellos, que aún siguen creyendo en los pajaritos preñados, en este caso pajarracos de la peor índole sobados por doquier y, además, sobajientos. Lo malo es que alguna mariposa de armario revolotea en su entorno como si fuera redentor tipo Espíritu Santo.
