jueves. 28.03.2024

Es frecuente que tienda a asociarse el concepto de barreras arquitectónicas con las sillas de ruedas. Sin embargo, los sordos y los ciegos también tienen que superar cada día numerosas trabas que hacen que la vida cotidiana se convierta en una especie de gymkhana para la que necesitan la ayuda de otros ciudadanos.

Encontrar un paso de cebra, parar a la guagua adecuada o rellenar un documento son tareas sencillísimas para cualquier persona sin problemas de visión, pero realmente complicadas para los numerosos invidentes de la Isla.

Manuel Mendoza es el director de la ONCE en Lanzarote y piensa que “aunque nosotros sí que tenemos en cuenta que existen toda clase de minusválidos, con las trabas que tienen que ir superando cada uno, hay un problema mental en las instituciones”.

También es verdad que algunas cosas se van solucionando poco a poco y es probable que en las próximas elecciones generales, los ciegos puedan elegir la papeleta que desean sin la ayuda de un acompañante, como hasta ahora, con la evidente falta de privacidad que supone, ya que se ha establecido que existan papeletas en braille. Sin embargo, los ayuntamientos siguen sin disponer de este material para realizar las gestiones administrativas ordinarias y los invidentes tienen que recurrir al personal contratado o al resto de usuarios para que les rellenen los impresos. Afortunadamente, según Mendoza, la gente suele ser amable y ponerse a su disposición.

“No hay nada regulado al respecto y no podemos exigir que nos den papeles en braille y a nosotros nunca nos han solicitado nada al respecto”, explica y añade que “los que sí que se han dirigido a ellos han sido los responsables de algunos hoteles para que pongamos la carta o algunos carteles orientativos en braille”.

Sin embargo, “el braille tampoco es la panacea porque hay muchas personas mayores que no lo saben y no les serviría de nada”. Por ello, en la ONCE están programando cursos para el próximo año para los afiliados y las personas videntes que quieran apuntarse.

Supermercado

Dice Mendoza que en otras cuestiones ordinarias como realizar la compra, tienen que pedir otra vez la colaboración de la gente. Ir al supermercado ellos solos sería algo impensable. “Lo único que podemos hacer es preguntar”, asevera.

“Si sabemos el horario de la guagua, podemos calcular que la que viene es la nuestra y hay ciegos que se desenvuelven muy bien pero lo normal es preguntar”, comenta Manuel.

Dice que “aunque pueda parecer agotador que tengamos que estar todo el día preguntando, uno se adapta”.

Semáforos

Si en algunas ocasiones, a las personas que no tienen ningún tipo de incapacidad les cuesta cruzar un semáforo sin tener que correr, estas carreras suponen otra barrera más para personas ciegas o en silla de ruedas. Dice Mendoza que “en la calle José Antonio se pusieron semáforos acústicos y es lo que tenemos que exigir en todas las calles, lo mismo que se señalicen los pasos para peatones con unas baldosas especiales”. Reconoce que “en todo Lanzarote no hay ni una sola baldosa de estas características”.

Está claro que los toldos que acompañan a numerosas tiendas y bares no están pensados para los invidentes. Muchos peatones se tropiezan con ellos o incluso con algunas farolas y macetas y no es difícil imaginar la carrera de obstáculos que suponen para los invidentes.

Pero estamos en época preelectoral y como dice Mendoza, “ya se está empezando a notar movimiento entre los políticos para acercarse a nosotros pero lo que queremos es que nos tengan en cuenta todo el año y no sólo ahora”. Dice que están dispuestos a asesorar a los políticos que entren en el Gobierno porque “ellos no tienen por qué saber nada de baldosas pero para eso estamos nosotros, para aconsejarles”.

Insiste en que la principal barrera no es la arquitectónica, sino la mental y que lo único que piden es que “se den cuenta de los tiempos que vivimos y que las ciudades tienen que adaptarse a todos y las normativas deben aplicarse”.

¿Dónde está el paso para peatones?
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