Por Orlando Umpiérrez García, director general de Aguas del Gobierno de Canarias
Sabemos que el problema del agua no es exclusivo de nuestra tierra, sino que afecta a una gran mayoría de países, convirtiéndose en uno de los principales objetivos a solucionar con el esfuerzo de todos. Por eso, la comunidad internacional ha tenido a bien celebrar el día 22 de marzo, como Día Internacional del Agua. Una celebración que nace con la intención de llamar la atención a todo el mundo sobre la existencia de un problema en el que está involucrada la población mundial.
En Canarias podemos encontrar unas peculiaridades que en tiempos pretéritos, el equilibrio estaba en consonancia con los recursos hídricos de casi todas las islas de nuestro archipiélago, tanto en la variedad de captación como en los métodos empleados para el aprovechamiento del agua; aljibes, maretas, gavias, pozos, galerías...Pero el siglo XX, marca pautas que requieren grandes volúmenes de agua, y es por ello por lo que las islas se convierten en un laboratorio de aplicación practica de la hidrología. El caso más extremo, viene aportado por la presencia del turismo de masas a partir de los años 60. Un turismo que consume una parte importante de ese recurso, siempre escaso, el agua, y que gracias al esfuerzo y a la apuesta por proyectos de innovación, como la desalinización de agua salobre o de agua de mar, la construcción de embalse, la depuración de aguas residuales, han hecho que se incremente considerablemente el volumen de agua en Canarias destinada a diferentes usos.
En nuestra isla, y casi forzado por el eterno problema de la escasez y el distanciamiento en las precipitaciones, han surgido desde siempre una serie de elementos ingeniosos, para extraer, medir, transportar o almacenar el agua.
Los guanches recogían ya el agua de lluvia en unos hoyos que practicaban en los barrancos, las maretas, donde se conservaba con la intención de paliar la escasez. Desde esos tiempos el patrimonio de obras públicas e industrial abarca espectros muy amplios: muros, fortificaciones, faros...Se engloba dentro de este campo las obras de ingeniería hidráulica, como las presas, acueductos, y todo tipo de ingenio cuyo funcionamiento este ligado al tema del agua.
La escasez de agua crea graves problemas a la sociedad. El agua disponible no es suficiente para paliar los problemas derivados de la escasez, por lo tanto hay que hacer un gran esfuerzo para garantizar el uso sostenible de los recursos naturales.
Lo rural ha servido de faro, de catalizador que detecta la salud de los recursos freáticos, pluviométricos, convirtiéndose en guardián de la naturaleza y en defensa de los intereses comunes a toda la sociedad. Debemos plantearnos el ahorro en este instante, cuando la situación, aún siendo de riesgo, no es totalmente crítica.
